lunes, 6 de enero de 2014

Yo votaría por “Ninguno”. Plataforma ideológica incipiente para la curación del sistema electoral.



Yo votaría por “Ninguno”. Plataforma ideológica incipiente para la curación del sistema electoral.


Nuestro país está enfermo. Sufre de muchas dolencias. Algunas estrictamente corpóreas, como el dengue o el cólera, mientras otras puramente sociales como la desafectación y la desesperanza. Resulta que así como las patologías físicas producen efectos sobre nuestra psiquis, nuestros males espirituales también pueden generar respuestas muy físicas. 

 

Tomado de: http://images2.listindiario.com/image/article/
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Uno de los síntomas más perversos de nuestra desilusión general y sobre el cual quiero enfocar estas breves líneas es el híper activismo político. Desde hacia años estaba conciente de este fenómeno que envenena a gran parte de mis compatriotas, pero nunca me había percatado de su particular sintomatología hasta que leí una noticia hace poco: “Danilistas y leonelistas pulsean por control de organismos PLD”[1]. A partir de entonces empecé a unir las piezas y terminé por darme cuenta de que en República Dominicana seguimos la política como seguiríamos People Maganize. En un país donde todos los medios hablan de “política”, a casi ningún dominicano le interesa la política.

Para evidenciarlo, amable lector, un pequeño test: Mientras lee usted estas líneas, podría por favor responder las siguientes preguntas: 1) ¿En qué consiste el método D’Hondt? (método utilizado en nuestro país para contabilizar los escaños electorales de Diputados y Regidores); 2) ¿Cuál es la diferencia entre una lista electoral abierta y una cerrada y dentro de las cerradas, entre bloqueadas y desbloqueadas? (cerrada desbloqueada es la lista utilizada en nuestro país); 3) ¿En que consiste el voto preferencial y cuales son las ventajas o desventajas que apareja? (este sistema fue finalmente consagrado mediante nuestra ley 157-13). Si después de reflexionar sobre estos temas resulta que usted sabe tan poco como yo hace algunas horas, entonces de seguro no podrá responder a ninguna de estas preguntas, pero no se preocupe, como yo, es posible que si conozca datos mucho más relevantes como que “Hipólito acabó con to’” y, sobretodo, que “con ella, seguimos con él”.

Ya en seriedad, ponderando estas cuestiones empecé a hacer memoria del movimiento Vote por Ninguno. Intenté recordar si el movimiento tenía alguna plataforma ideológica, pero me fue imposible. Buscando en la Web, lo más reciente que se publicó en medios dominicanos sobre el mismo fue un artículo en el Periódico Hoy escrito por Rosario Espinal[2]. En éste, la polítologa delineaba el movimiento y, a la vez, “explicaba” las razones por las cuales el mismo no prosperaría. Aparentemente, la propuesta del Movimiento era una modificación a la ley electoral o a los reglamentos electorales a fin de que se incluyera una casilla en blanco en la boleta electoral. Al momento de hacer el conteo, los votos en blanco o “por Ninguno” servirán como barómetro para expresar el rechazo de los votantes hacia los candidatos propuestos.

La JCE se apresuró en descalificar la idea, nosotros imaginamos porque teme a un resultado que vea a Ninguno como ganador, aunque ellos argumentan que el objetivo de las elecciones es elegir representantes y si el Movimiento Vota por Ninguno no se siente representado por los candidatos presentes, debería conformar un partido y nominar candidatos. Esto es cierto en un sentido muy pequeño y terriblemente desviatorio en un sentido muy perverso. Me explico:

Es cierto: La política es la ciencia de dirigir el Estado y verdaderamente son pocos los que daríamos la cara a la hora de enfrentar los auténticos problemas de nuestra sociedad. Como alguien tiene que enfrentarlos, designamos a esos pobres y desdichados representantes mediante el voto popular, pero de hecho, nos interesa muy poco como solucionan nuestros problemas o, incluso, como los elegimos. Lo ideal seria que todos aportásemos manos e ideas, pero lo real es que preferimos apostar cual de los candidatos ganará la carrera y después quejarnos o alabarlos cuando encaren o no aquellos problemas nuestros que nos gustaría que otro solucionase. En ese sentido, la JCE tiene razón, los que nos quejamos hemos presentado pocos candidatos.

Lo nefasto: El sistema político dominicano está en crisis. No en crisis de popularidad porque cada año parece tener más clientes, sino en crisis de representatividad. En un país donde nadie cree en los políticos, ¿por que tantas personas participan activamente del comercio partidista? La respuesta es simple. Pobreza aquí + dinero allá= persecución del dinero. Al final, el sistema electoral ha hecho poco por construir una democracia y actualmente amenaza una vez más con colapsar. Cuando al organismo rector de las elecciones se le resalta su fracaso, desvía el debate diciendo “la culpa es de ustedes porque no han hecho nada dentro de las reglas de juego que les fijamos”. En realidad, modificar la forma en la que participamos en la democracia representativa, es decir, modificar el sistema electoral es “hacer algo” y algo importante.

¿Que proponemos? El Movimiento Vote por Ninguno fue muy tímido. El voto en blanco solo evidenciaría lo que ya todos sabemos: Nadie cree en los que aspiran a “representarnos” (gobernarnos). La solución: nadie que no goce de la confianza de sus representados puede permitírsele vivir a costa de ellos, supuestamente “administrando” la riqueza que les recauda, supuestamente “legislando” aquello que es “justo y útil para la población”[3]. Por ende, nadie que no sea capaz de ganarle a Ninguno en unas elecciones merece el puesto al que aspira. “Ninguno” debe ir siempre en la boleta como candidato y solamente los candidatos que obtengan más votos que ninguno pueden acceder a sus curules. Los puestos restantes, a los cuales “Ninguno” superó deben ir a una segunda elección, pero los candidatos que no le ganaron a Ninguno no pueden repetirse y así sucesivamente hasta que se llenen los puestos. ¿El resultado? Posiblemente tengamos tres elecciones para poder elegir los 183 Diputados, 32 Senadores, cientos de Alcaldes y Vice-Alcaldes, miles de Regidores y Suplentes… que nos damos el lujo de mantener en nuestra patria[4]. La conclusión: Tal gasto de tempo, tiempo, dinero y energías harán darse cuenta a la gente y a los políticos de que solo pueden estar “ahí arriba” los que realmente queramos ahí.

Acabo este articulillo con una nota histórica: Durante la Reforma Constitucional de 2010 los políticos electos propusieron nuevamente la unión de las elecciones generales y las presidenciales, las cuales habían sido separadas 16 años atrás con la reforma de 1994. Es interesante, pero no sorprendente, que para lograrlo ellos propusieron campantemente que sus términos electorales, en lugar de reducírseles, les fueran extendidos por 2 años más!!! A pesar de la opinión generalizada de que los políticos están deslegitimados, no recuerdo a nadie que alzara palabra para denunciar esta bravuconada (era estudiante de derecho en ese momento y seguí la Reforma con cierto interés). En cambio, recuerdo a casi todo el mundo concentrado en opinar acerca de la inclusión del aborto en la Constitución. Tristemente, esa discusión profunda no motivó un cambio en las políticas públicas de salud para evitar los embarazos no deseados, en especial en adolescentes[5]. En cuanto a los términos prolongados, 82 años antes Horacio Vásquez igualmente extendió su término presidencial en dos años, legitimando así el movimiento del 23 de Febrero de 1930 que “encabezado” por Estrella Ureña, lo destituyó de la Presidencia y presentó a Trujillo a las elecciones solo 3 meses después. De nuevo, tristemente en esta ocasión, la prolongación de los términos ni siquiera dio paso a una discusión sobre los salarios públicos.


[3] Art. 40.15 de la Constitución Dominicana. “A nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe. La ley es igual para todos: sólo puede ordenar lo que es justo y útil para la comunidad y no puede prohibir más que lo que le perjudica”
[4] http://www.elcaribe.com.do/2012/03/23/pais-con-mas-legisladores-region Según este artículo de El Caribe, RD es el país con más legisladores de toda la Región Centroamericana.
[5] http://www.noticiassin.com/2013/10/ninas-criando-ninos-el-drama-del-embarazo-adolescente-en-america-latina/ Según este artículo de Noticias SIN, RD es el tercer país de Latinoamérica con más embarazos en adolescentes.

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