lunes, 3 de enero de 2011

INVICTUS

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

William Ernest Henley (1849–1903).
Lo escribió mientras en la cama de un hospital sufria su pie recientemente amputado. Debeido a su espíritu arrojado y dominio de si mismo, vivió una vida activa hasta la edad de 53 años.

domingo, 2 de enero de 2011

Responsabilidad, un asunto de vida.



El trabajo dignifica al ser humano. Alguien sin una tarea, sin un propósito o dificultad por superar se invalida gradualmente hasta quedar intelectual y físicamente muerto. Por esto las responsabilidades, esas que se nos son entregadas desde temprana edad y que deberían ir en aumento conforme nuestro desarrollo, son las que impulsan nuestra existencia.

Y aquí un detalle que no comparto con el sistema, pues hoy en día gente con más capacidad, mayor preparación y libertad de pensamiento, vidas menos mitificadas y culturas más conectadas somos movidas a una “Parálisis existencial”, una desmotivación y falta de carácter para enfrentar el compromiso que nos lleva a querer todo listo y servido, con el menor esfuerzo posible. Como decía un amigo _Nos levantamos de la cama porque hay una necesidad_ talvez una muy básica como comer, bañarnos y salir al mundo. Pero cuando hacemos que esta necesidad por pequeña que sea, se anule o sea suplida por fuerzas externas y hasta deshonestas, se lleva consigo todo accionar y perdemos el sentido de nuestro propósito.

Es preocupante el deseo desmesurado de riqueza, de acceso fácil he inconciente (tanto a los alimentos como a los artículos), el surgimiento de ciudadanos que no conocen su cultura pero bien profesan y consumen las ajenas; y más preocupante la idea de que nuestro fin como sociedad y personas concientes tenga un objetivo tan vacío como el de simplificarnos la vida o talvez la de nuestros hijos, a un nivel tal donde se va perdiendo toda motivación e ingenio individual.

Hay que cuidarse de no terminar con un país repleto de ignorantes disfrutando de comodidades importadas mientras sus tierras, sus industrias y sus bolsillos se destruyen. Tengamos cuidado de no cultivar una generación de corta memoria que olvide las luchas por libertad, las campañas y movimientos a favor del ser humano, nuestra larga historia de sacrificio…porque como para entonces estaría resuelto simplemente no les será necesario conocer su pasado, pero ojo la historia cambia y a menudo se repite, entonces ¿con que contarían esos vulnerables e incompetentes individuos para vencer los propios desafíos de su época?

Para no desviarme del comentario y finalmente diciendo que lo quería, agradezcamos que aunque vivimos en un país de grandes injusticias y una larga lista de asuntos por resolver, esto es lo que justamente da sentido al esfuerzo, a nuestras profesiones, a nuestro trabajo… pues todavía quedan leyes por promulgar, barrios por planificar, enfermedades por investigar, espacios para diseñar y muchas otras Dificultades que en realidad son grandes oportunidades. Construyamos un futuro más seguro y saludable, pero no dependientes de potencias y mandatarios poco francos sino usando ese mismo impulso innato que nos hace levantarnos de la cama cada día y que si ejercitamos serviría para realizar el cambio que tanto necesitamos.