Pintura de Jorge Severino. Tomada de: https://www.pinterest.de/pin/341499584224190865/ |
Flor de
insomnio. Fabio Fiallo
¡Oh mi amada querida y eterna!
¡La novia del alma!
¿Qué has escrito en tu carta postrera?
¿Qué dice tu carta,
tan dulce y acerba, tan tierna y amarga,
tan amarga, tan dulce, tan tierna
que ha velado mis ojos de lágrimas?
Y es lo horrible que en ella me dices
una nueva tan honda y aciaga,
y me deja tan triste, tan triste,
que quisiera, inclinado en sus páginas,
por siempre dormirme.
Dormirme en el ala
de esta noche en que aleve escribiste
tu pérfida carta.
Dormirme…Dormirme…
Y dejarte en mis versos el alma,
cual soldado a la muerte le rinde
con su vida azarosa sus armas.
¡Por siempre dormirme!
Dormirme en el ala,
tan dulce y tan triste
de esta noche tan bella y tan pálida.
Y un sudario feliz que me hicieran
con esta tu carta
juntando sus letras,
uniendo palabras,
palabras muy tiernas…
¡Palabras! ¡Palabras!
Un sudario con tantas ideas
como tiene tu pérfida carta,
que parecen muy dulces, muy buenas,
¡y son tan amargas!
¡Y son tan perversas!
¡Y son tan aciagas!
¡Oh, mi amada querida y eterna,
la novia del alama!
Para siempre dormirme quisiera
dormirme en el ala
tan dulce y tan tierna
de esta noche tan bella y tan pálida.
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