jueves, 13 de julio de 2017

Populismo de derecha. ¿Contradicción terminológica?



Populismo de derecha. ¿Contradicción terminológica?



Tomado de un libro de ciencia ficción alemán: https://www.gutenberg.org/files/50770/50770-h/images/019_h046.jpg

Hoch oben raten ob sie bald die Sterne kommen hören. Sterne die herabstürzen und von der Finsternis verschluckt werden. Ein Stern leuchtet, ein gelber, und ist doch die Erfindung der Finsternis
Paul Celan

Allá arriba, adivina si acaso pronto oirán caer a las estrellas. Estrellas que se precipitan y son tragadas por la oscuridad. Una estrella brilla, una amarilla y es, de hecho, el origen de la oscuridad.
Paul Celan

Debería estar haciendo muchas cosas. Debería. El término me tiene cansado, literalmente cansado. Ahora duermo más a deshora aunque menos en total, desubicado en los laberintos de la cotidianidad plástica que recubre las vidas paralelas que atraviesan océanos y husos horarios. Son las 10:20 PM y mañana tengo que trabajar en Inditex desde las 5AM, pero no tengo sueño porque dormí 3 horas en la tarde y he arruinado cualquier chance de reposar sanamente (con ese reposo que genera ondas beta en el cerebro, si es que eso es cierto). He decidido que como no he podido encontrar trabajo de abogado en Alemania (por ello los trabajos precarios con firmas tercerizadoras que me envían a Inditex a recibir cargamento y a Medpex a recibir medicamentos) que voy a no perder el tiempo y prepararé mi propuesta de doctorado para irme este año a Hamburgo, eso si consigo entrar a la Universidad, eso si consigo la beca del DAAD. El tema, como podrán imaginar, es “El impacto de la liberalización del comercio en la política fiscal nacional. Una comparación entre el continente Europeo y el Americano” (working title). Pienso escribirla en inglés, no en alemán, básicamente porque el alemán no me da para escribir una tesis (ni siquiera un poema decente, pero para eso tampoco el español) y porque nadie habla alemán a excepción de los empleadores que no se han querido arriesgar conmigo….

Lo anterior, me disculpan, era un desahogo y una especie de mojón (saben a lo que me refiero, un milestone), para cuando lea estos artículos de viejo y publique un libro llamado “Pensamiento crítico y filosofía moral. Reflexiones de un vagabundo intelectual”. Pasemos ahora al tema, el cual, lamento decir, trataré brevísimamente porque quiero terminarlo hoy y seguir estudiando alemán.

La razón por la que escribo este artículo es únicamente para publicar esta frase de Paul Celan que no encontré en ninguna parte del internet y merece ser conservada. Según vi en un documental, Celan era un judío askenazi nacido en el Reino de Rumania, en la ciudad de Chernovtsi donde las calles se barrían con rosas y había más librerías que tiendas de pan. Su ciudad pertenece hoy a Ucrania y en el 38 Celan se fue a Tours a estudiar medicina, escribiendo en una carta a, creo que su madre, la frase que arriba les transcribí y traduje. No sé realmente quien era Celan y la mayor parte de su poesía no es de mi agrado (muy tétrica, ¿pero quién lo podría culpar?). Leí su nombre por primera vez en el poema Historia de un vasco llamado Felipe Juaristi que tradujo al vasco los poemas de Celan y al castellano los poemas propios. Yo intentaba encontrar una frase en vasco para ponerla en la tarjeta de felicitaciones de una pipa que le envié al prometido de la mejor amiga de una novia que tuve en invierno y que la pobreza y discontinuidad del verano ha mantenido muy lejos. El tipo no fumaba, pero tenía aspecto de que le sentaría bien una pipa. Agradeció el obsequio, pero nunca mencionó el poema, por lo que pienso que no le gustó o no lo leyó. Este pequeño suceso demuestra la gran y única diferencia sustancial entre hombres y mujeres que he descubierto en 28 años de vida: Las mujeres aprecian los regalos, pero atesoran las tarjetas. Me imagino que es porque saben que “la muerte de la carne no coincide con la muerte de las palabras”. Los hombres, aparentemente, son casi todos marxistas.

Pues, la frase de Celan me pareció digna de rescatar porque esa es la tragedia de la guerra, una oscuridad que devora las estrellas y no permite a lo bueno brillar con su verdadera luz. La estrella de David se convirtió en una sentencia de muerte, así como hoy en día se le llama nacionalista a los movimientos que quieren acabar con los valores que permiten conformar y mantener una nación; así como se le llama antiglobalización a los movimiento que quieren llevar a cabo una internacionalización de la economía que sea justa y benéfica para todos. Todo parece ser nombrado como lo que no es. Coincidencialmente, y esta será mi última desviación, la forma en que decimos las cosas tiene una importancia suprema en quienes somos y en quienes nos convertimos, trascendiendo el tiempo y del espacio, afectando a quien las emite y las recibe. Quiero compartirles 4 ejemplos de la literatura, los cuales no serán ajenos a nuestra discusión final:

El primero es de Galeano y es acerca del papel y la permanencia de mensaje sobre el medio. Como me paso 8 horas al día cargando cajas (no muy pesadas, no se apuren) y los capataces son benevolentes, he optado en bajar audios para escuchar durante mis largas jornadas de faena, entre ellos uno de Galeano hablando de su libro “Memoria del Fuego” y relatando cuentos. En el minuto 41 pueden escuchar algo acerca de los indios chiriguanos. Ellos no conocían el papel “ni sabían que lo necesitaban” hasta que los franciscanos se lo presentaron. Como no tenían palabra para nombrarlo inventaron una basada en la que para ellos era la función más importante de esta lámina, “enviar mensajes a los amigos que están lejos”. Por eso le pusieron el nombre de “piel de Dios” porque ¿qué otra superficie sería capaz de semejante proeza?
Wifredo Lam en su taller, sólo piensen todo lo que se puede hacer sobre el papel: http://www.museoreinasofia.es/sites/default/files/exposiciones/lam_g.jpg
El segundo es de Borges y es acerca de la permanencia del mensaje en quien lo retransmite. En su cuento “El inmortal”, mi cuento favorito quizás de la bolita del mundo, acaba diciendo: “Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros, fue la pobre limosna que le dejaron las horas y los siglos”. Si quieren entender el contexto, les pido leer el cuento, pero para fines de este artículo sólo basta con entender que incluso quien transcribe lo que él mismo dijo años atrás, termina transcribiendo lo que dijo alguien más. Esto no sólo por los juegos de la memoria, sino porque retroactivamente la persona que somos hoy transforma a la persona que fuimos antes, hasta el punto de que puede cambiarse el pasado en virtud de lo que hacemos en el presente. Existen pocas cosas ciertas en la historia (ese decreto fue firmado en tal fecha, esta ciudad fue elevada a ayuntamiento en aquella otra, etc.). Lo demás son interpretaciones basadas en el intérprete, el cual nunca es una tabula rasa.

El tercero es acerca de la permanencia del lenguaje y viene de un poema escrito por Ernesto Cardenal, ese gran polemista de la teología que nos regaló tantos grandes poemas, proveniente de un país pequeño, Nicaragua, que nos ha regalado tantos tantos grandes poetas y poetisas. Cardenal escribió unos versos para honrar la memoria de quien es quizás mi poeta favorito, Joaquín Pasos. Serrat les puso música, pero van mejor solos:

Epitafio a Joaquín Pasos

Aquí pasaba a pie por estas calles
Sin empleo ni puesto y sin un peso
Sólo poetas, putas y picados
Conocieron sus versos

Nunca estuvo en el extranjero
Estuvo preso
Ahora está muerto
No tiene ningún monumento...

Pero
Recordadle cuando tengáis puentes de concreto
Grandes turbinas, tractores, plateados graneros
Buenos gobiernos
Porque él purificó en sus poemas el lenguaje de su pueblo
En el que un día se escribirán los tratados de comercio
La Constitución, las cartas de amor
Y los decretos

Si quieres llorar de emoción verdadera por el milagro de la palabra escrita y la inevitable comprensión de que nunca escribirás algo tan terriblemente hermoso, te invito a leer “Canto de la guerra de las cosas”, poema inmenso del cual sólo transcribo una muestra insignificante, pero igual de escalofriante:

Dadme un motor más fuerte que un corazón de hombre.
Dadme un cerebro de máquina que pueda ser agujereado sin dolor.
Dadme por fuera un cuerpo de metal y por dentro otro cuerpo de metal
igual al del soldado de plomo que no muere,
que no te pide, Señor, la gracia de no ser humillado por tus obras,
como el soldado de carne blanducha, nuestro débil orgullo,
que por tu día ofrecerá la luz de sus ojos,
que por tu metal admitirá una bala en su pecho,
que por tu agua devolverá su sangre.
Y que quiere ser como un cuchillo, al que no puede herir otro cuchillo.
 

El lenguaje, en manos de Joaquín, fue un eterno aletear de alas imprecisas que denunciaron el sufrimiento como una ignominia, precariamente sobrellevada, para orgullo y morbo de los opresores. Su poesía se trató de un acto de dignidad del cual podemos aprender y al cual vale la pena añorar.

Pintura primitivista nicaragüense en la que Cristo es representado como un buen joven Nica. Joaquín ayudaba a los más pobres a sentirse dignos de poesía: http://indigoarts.com/sites/default/files/styles/full/public/fletescruz_tempesta.jpg?itok=1S9ouiGj


Finalmente, quiero hablar de los poemas y su valor universal. Ya decía Shelley, esposo de Mary Shelley, la autora de Frankenstein e hija de Mary Wollenstoncraft, posiblemente la primera filósofa y socióloga feminista, que los poetas son capaces de tocar tenuemente la Verdad y al hacerlo, se convierten en los legisladores ignorados de la humanidad. Pues, uno de los más apreciados escritores catalanes, Miquel Martí i Pol tiene algo similar que decirnos. Compré su libro conjuntamente con otros en una tienda de antigüedades de Barcelona (incluyendo un epistolario de Giscard D’Estaing que le regalé a Carlos Morel con quien me encontré fugazmente para comer hamburguesas acompañado de su encantadora esposa y prácticamente toda su familia).  Lo hojeé despreocupadamente mientras esperaba en un parque del Montjuic a que abrieran el museo de arte y soñaba despierto que me encontraba con Serrat y discutíamos el concierto que Silvio dio en el 2007 en el Estadio Olímpico:

He heretat l'esperança

He heretat l'esperança dels avis
i la paciència dels pares.
I de tots dos, els mots
dels quals ara em serveixo
per parlar-vos.
M'han dit que la naixença em dóna drets
inviolables.
Però jo sóc poruc i sempre em sento
una mica eixalat i solitari.
Visc en un poble petit,
en un país petit

i, tanmateix, vull que quedi ben clar
que això que escric ho escric per a tothom,
i que per mi és com si el món sencer
girés entorn de l'eix dels meus poemes.

Vagarejo tot sol pels carrers en silenci
i cada vespre escolto el cant de les sirenes
des del terrat de casa.

He heredado la esperanza

He heredado la esperanza de los abuelos
Y la paciencia de los padres
Y de todos, las palabras
De las cuales ahora me sirvo
Para hablarles

Me han dicho que el nacimiento te otorga derechos inviolables
Pero yo soy miedoso y siempre me siento
Un poco exiliado y solitario

Vivo en un pueblo pequeño
En un país pequeño
Y sin embargo, quiero que quede bien claro
Que esto que escribo lo escribo para todos
Y que para mí es como si el mundo entero
Girara en torno al eje de mis poemas

Vago todo solo por las carrejas en silencio
Y cada tarde escucho el canto de las sirenas
Desde la terraza de mi casa

¿Qué tiene que ver todo esto con el populismo de derecha? Como todas las cosas del mundo, tiene mucho que ver y nada a la vez con todo lo demás. Lo importante es que lo que se escribe se escribe para todo el mundo y el mundo entero puede, o girar en el eje de un poema que diga la verdad o precipitarse en el agujero abierto por la mentira. Verán, he estado pensando a profundidad muchas cosas. Las cuales expondré brevemente porque son las 11:54 PM.

-          Políticas nacionalistas en general

Para los que no lo saben, me encanta el nacionalismo y el patriotismo en general, los cuales identifico con lo que expuso Martí:

El amor, madre, a la patria no es el amor ridículo a la tierra, ni a la yerba que pisan nuestras plantas; es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca”.
José Martí

Como abogado sé que un Estado se conforma a base de una población (llamada también nación), un territorio determinado y un gobierno permanente y con control efectivo sobre el territorio. También sé que la idea del Estado-Nación proviene de la paz de Westfallia firmada para poner fin a la Guerra de los 30 Años y en la cual se asentaron las bases de a) gobiernos autónomos (¡ya ni el Papa ni el Emperador Romano Germánico podrán decirnos qué hacer!) y b) con poder de decidir la fe de sus súbditos (la fe del reino es la del príncipe). En el contexto global, la creciente internacionalización y el reconocimiento de los derechos individuales de los habitantes de cualquier territorio, han diluido en cierto modo estas características del Estado. No obstante, el Estado continua siendo el principal actor en la política nacional y en las relaciones globales. Igualmente, el vínculo político con un Estado, al cual llamamos “nacionalidad”, es la caracteristica distintiva más generalizada hoy en día, siendo lo primero que una persona referenciará cuando se le pida identificarse en un contexto internacional.

El mal está, en cierto modo, en la sábana, porque sabemos que en el año 2017, al menos en lo que se considera Occidente, la nacionalidad es un vínculo jurídico que se obtiene cumpliendo requisitos burocráticos. No obstante, seguimos abrazados a la idea de que nacionalidad pertenece a “nación” y que nación es un término que describe a un grupo más o menos homogéneo que ocupa un territorio. Los Francos, los Lacios, los Iberos, etc., fueron naciones, pero no es verdad que Francia, Italia y España están conformadas por poblaciones homogéneas descendientes de estos grupos. Son grandes países abiertos a la multiculturalidad bajo la égida de un Estado fuerte que es capaz de hacer a los extranjeros sentirse nacionales después de pasada una generación, independientemente de que se tengan o no los papeles que acrediten esto. 

Sabes, son las 2:02 AM y ya no puedo más. Me voy a dormir, arruinando todo porque debo despertar en 1:58 minutos.

He vuelto a casa, como vuelve el mirlo al terminar la primavera, para dormir quieto entre sordinas (pues afuera están remodelando la tubería de la calefacción). Prosigamos con el problema actual del nacionalismo. Me he dado cuenta que la imagen nacional a menudo está construida tomando como base la estructura de poder casi uniformemente vertical que existe en, me atrevo a decir, todos los países del mundo. La idea de que los vascos se sientan más cercanos a los aragoneses que a los serbios proviene de vínculos fácticos como cercanía territorial, manejo de al menos un idioma en común y sí, ciertas similitudes étnicas. Esto está sujeto a sus bemoles ya que quienes conforman el estándar fenotípico de un pueblo son a menudo los miembros de los sectores representativos del poder, quienes son vistos en cierta forma como representativos de la nación.

Debido a la hegemonía anglosajona de los últimos dos o tres siglos, los descendientes de las clases dominantes son a menudo hombres blancos, aunque no necesariamente. Otros ejemplos de sobre simplificación de la imagen nacional son la estratificación de castas en la India (la mayoría de extranjeros estamos familiarizados con la imagen del Brahmán por el Yoga o del Vaishya porque son los mercaderes, pero no así con otras castas y sus desafíos y tradiciones particulares). Así mismo, un lenguaje predominante dentro de países multilingües crea una idea del nacional típico que comúnmente está apartada de la realidad (como pensar que los haitianos hablan francés, cuando éste es realmente el idioma de las elites). En el caso de República Dominicana hay ideas étnicas que conforman la imagen del dominicano y esas ideas lamentablemente contienen a menudo, un componente axiológico que hace a ciertas razas y nacionalidades mejores y peores que otras. Como suelo decir, soy un hombre en un país machista, blanco en un país racista y con apellido extranjero en un país bultero. Si fuera una persona inteligente, sería ya viceministro de finanzas, pero simplemente pierdo demasiado tiempo en cosas inservibles como ver muñequitos o desarrollar una brújula moral.

"Dispersión", considerada una de las mejores obras de los 2000, representa la vorágine de mi cerebro. Tomado de http://d5wt70d4gnm1t.cloudfront.net/media/a-s/articles/1693-507182373288/phaidon-twenty-first-century-painting-masterpieces-list-900x450.png

Volviendo al tema que nos ocupa, una nación, en el sentido sociológico del término, no puede ser completamente fluida pues aparte de la etnia, hay otros componente culturales, históricos y hasta geográficos que también informan la idea de nacionalidad. No obstante, en una época de Estados Jurídicos de Derecho, todos estos componentes son meros accidentes que no tienen peso a la hora de definir el contenido jurídico de la “nacionalidad”, ni el trato que corresponde proporcionar a las personas en su carácter de ciudadanos. Pero si bien el derecho está compuesto de abstracciones, los prejuicios son más bien hijos de las impresiones, meras conjeturas inmediatas nacidas de una percibida diferencia étnica o cultural. Estos prejuicios cristalizan el concepto de nacionalidad, combinando (o contaminando) lo jurídico con lo demás y hacen imposible que otros grupos se inserten en lo considerado "nacional". Esto es un fenómeno hasta natural, cuya superación se obtendría sólo a través de un abandono de los prejuicios. Esto puede lograrse con la técnica psicológica de su preferencia: exposición, deconstrucción, combate a través de la racionalización, etc. Este no es el tema nuestro, sino más bien la manipulación de estos prejuicios para alcanzar objetivos egoístas de carácter electoral.

En cierto modo, quien explota los miedos y prejuicios raciales del electorado para obtener votos es igual de macabro que quien explota la pobreza y carestía para los mismos fines. Aunque parezcan equivalentes lejanos, quien le da dinero a una persona para que emita determinado voto es igual que quien le provee comida, alcohol u oportunidades para lo mismo y es igual que quien le dice que su voto es garantía de seguridad contra la amenaza del colectivo prejuiciado. Quizás yendo muy lejos, es equivalente a quien ejerce la coacción física para obtener un voto (como en la Unión Sovietica donde las elecciones siempre eran 99% a favor, 1% de absteción). Hay una violencia materialmente equivalente al garrote que se ejerce manteniendo a una población pobre, malinformada, asustada e intoxicada.

Esto me lleva al problema bastante serio de la retórica nacionalista, la cual usa indiscriminadamente el término patria de un modo que parece poner a la patria como excusa para pisotear a los patriotas. El poeta nacional dominicano es Pedro Mir, pero el mejor poeta dominicano es posiblemente Gastón Fernando Deligne, quien en su poema “Memento” habla de lo vano de honrar a la patria en nombre cuando la hemos dejado perecer en actos:

Memento

Los Magnos de la Patria, en lazo estrecho
tornaron indomable su impericia
ante el altar donde la unión oficia.
Abríguese la unión en nuestro pecho.
  
Para alentar el ponderoso hecho
que la victoria diademó propicia,
amaron el derecho y la justicia.
Amemos la justicia y el derecho.

Ese el alto tributo, y no los dones
de evanescente incienso y vano ruido,
a su santa memoria y sus blasones.

Cuando la bien amada ha fenecido,
recordar sólo el nombre -¡oh, corazones!-
es una ambigua forma del olvido.

En el caso de gobiernos que han sido responsables de la dirección del Estado durante años, es difícil hablar de defensa de la patria cuando el principal elemento constitutivo de la misma, la nación, ha sido soslayada y hasta explotada durante su tiempo al mando.

-          El populismo como herramienta

Ya llevo 5 horas interrumpidas escribiendo y pienso ponerle fin a esto. Simplemente me gustaría decir que populismo, como dice Laclau, es la técnica de apelar directamente al pueblo para movilizarlo como órgano político. Esto puede obedecer a intenciones altruistas o egoístas y puede responder a una evolución en la democracia por la cual se deja atrás lo que Laclau llamaba la política de los punteros: personas que controlan el voto en los barrios a cambio de favores (¿suena familiar?). La idea es que el populismo lleva a un empoderamiento del pueblo. No obstante, el populismo también puede representar una involución de la discusión por la cual los problemas reales que afectan a la población son ignorados bajo el manto de una retórica simplista y emotivamente cargada. Reinhold Niebuhr, un teólogo americano, galardonado con la Congressional Medal of Freedom, dice algo que parece que todos los gobernantes saben:

Rationality belongs to the cool observer, but because of the stupidity of the average man, he follows not reason, but faith, and the naive faith requires necessary illusions and emotionally potent oversimplifications which are provided by the myth-maker to keep ordinary person on course”.
Reinhold Niebuhr

"La racionalidad pertenece al observador calmado, pero debido a la estupidez de la persona común, ésta no sigue la razón, sino la fe y la fe ingenua requiere de ilusiones necesarias y sobre simplificaciones emocionalmente potentes, las cuales son provistas por el constructor de mitos para mantener a la persona común en el curso correcto”.

Reinhold Niebuhr

Diciendo cosas así, ya se imaginan porqué ganó la Medalla Congresional de la Libertad. ¡Orwell, ven a ver!

Mi oposición al populismo viene primero porque es ejercido por todos los grandes y pequeños sistemas electorales del mundo: pensar que Chávez era populista y no reconocer que Hillary Clinton, Theresa May, Emmanuel Macron, etc., lo son también, es lo que se llama tener “corruptos favoritos”. Los votantes de Le Pen realizan una racionalización de su voto basado en un visión ideologica del mundo compuesta por racismo, xenofobia y antiglobalización, pero parece ser que Macron no ganó por sí mismo, sino como una respuesta anti Le Pen catalizada por la imagen amigable de Macron como el chico guapo que está enamorado de una mujer mayor. Si el candidato es mercadeado en su personalidad, hay muchos temas que ni siquera son puestos sobre el tapete y que no habrá forma de discutirlos una vez la República comience a marchar. Populismo no es solamente el de derechas cuando se usa el miedo, ni el de izquerada cuando se usa la pobreza, sino es también, aunque no sé que apellido ponerle, cuando al electorado se le mercadea un candidato al que se quisieran parecer o del que se pudieran enamorar.

Pensar que la democracia es la manera de organizar el gobierno de modo que la población en su conjunto pueda decidir libremente el uso que se hará del poder Estatal es quedarse corto. Democracia implica también que la población en general pueda decidir libremente el uso más conveniente para todos del poder Estatal y esto requiere de información (transparencia) y participación. Como las sociedades grandes requieren cierto tipo de representación, la estrategia populista rompe decididamente el principio democrático, pues a) solo permite a la gente decidir entre algunas opciones ya dispuestas, en lugar de establecer ellos mismos su candidato; b) mantiene la campaña en niveles superficiales como son la apariencia de los candidatos, su vida personal, o la supuesta bonanza o seguridad que su elección traerá; c) reduce la capacidad de las personas de revocar su decisión electoral en caso de haber cometido un “error en cuanto al sujeto” y d) no está de más decir que, la apelación directa de un candidato a la población hace a la misma susceptible de caer en los sesgos que los psicólogos conocen muy bien: identificación con el candidato en base a su discurso o apariencia; efecto bandwagon por el cual las personas votan por el candidato que piensan ganará las elecciones; manipulación de miedos y carencias, etc.

Curas de este mal son, por ejemplo, la participación política activa a través de instituciones que representen intereses y medien el voto. Un ejemplo sería una comunidad que tiene una junta de vecinos. Esta se informa y socializa los problemas e intereses de la comunidad. Ésta a su vez se comunica con asociaciones de juntas de vecinos que operan en la ciudad. Finalmente, como grupo, particián en las discusiones electorales o se acercan a las autoridades municipales o distritales ya electas. Finalmente, los temas son discutidos de modo que, en el mejor de los casos, la cuestión no se limite a elegir un candidato, sino que todos los candidatos reconozcan la vigencia de los problemas de esa comunidad. En el peor de los casos, si ningún candidato los escucha, podrán lanzar su propio candidato. Este ejemplo es bueno tomarlo con un grano de sal porque todos conocemos el problema de la captura de los representantes.

Otra cura, la cual trato a profundidad en otro artículo, es la llamada “autodefensa intelectual”, por el cual los individuos se mantienen informados sobre lo que su Estado está haciendo con sus recursos y en grupo, ya sea en instituciones o en círculos informales, combaten la desinformación a la cual los propios prejuicios y los alienantes medios de comunicación los exponen.

Son las 12:49 PM, dormí, laboré, dormí, redacté y revisé, quizás para nada, quizás para alguien además de mí. Volveré ahora a estudiar alemán o a correr o a comer o a redactar mi exposé. La verdad es que desconozco el futuro del autor de estas líneas, el cual peligra como “burbuja en la punta de una aguja” (frase genial de Luis Cardoza y Aragón), pero sea lo que sea, sepan que cualesquiera sean las consecuencias de caminar errante, siempre es mejor que quedarse sólo, viendo la televisión.


Si fuera menos serio, esta seria mi frase favorita. Tomado de https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/fa/ee/90/faee9062fa07e1ff89aaac33a1934ca5.jpg

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